Sonntag, 3. September 2017

DRA. CORNELIA PĂUN CORNELIA : Fragmento de NOVELA “Quién es el hombre del sueno?” - El capítulo "La leyenda de la corrida española"


La leyenda de la corrida española (I Parte)

Fragmento de: “Quién es el hombre del sueno?”

Fue después del almuerzo, Cornelia abrió el portátil y a continuación el correo electrónico. Alberto le había escrito un mensaje corto.

-“Hola Cornelia, te espero a las 17 horas en una cafeteria de la Plaza Mayor de Madrid, frente la estatua de Felipe III. Lo reconocerás fácilmente porque está sobre un caballo. Un fuerte abrazo”.

La respuesta fue redactada inmediatamente, ella sabía dónde estaba el lugar de reunión, a pesar de haber llegado el día anterior a Espana y era la primera vez que estaba en este país, se alojaba en el hotel “Pequeno Palacio de la Plaza Mayor” justo enfrente de la plaza. Alberto la había llevado a aquel lugar directamente desde el aeropuerto, esperando encontrarse al día siguiente.

La mujer escribió el mail y lo envió rápidamente: “Nos encontraremos donde la estatua de Felipe III, un abrazo. Cornelia”.

En pocas horas, los dos estaban en la Plaza Mayor de Madrid, rodeados de edificios de la región, dos de ellos eran magníficos, destacando “la Casa de la Panadería” y el “Arco de Cuchilleros”.

- Cornelia, elije una de las terrazas que nos rodean. .Cuál te gusta más? Luego me dirás que quieres ver de Espana, es la primera vez que estas en este país y sospecho que te quema la impaciencia por descubrir toda su belleza, y por supuesto, sus secretos –dijo Alberto.

Cornelia pensó que el hombre sería un guía fiel, que le ensenaría Espana a ella, porque era el primer espanol que había conocido, pero primero quería aprender, converser con él en espanol, en este maravilloso idioma –tal vez uno de los más fascinantes y melodiosos del mundo- ella tenía la sensación de que los sonidos pronunciados, eran como hablan los ninos pequenos mimados. Observó que los hablantes de todas las edades, como sus pliegues, su lengua tocaba ligeramente la extremidad del labio superior de una forma muy suave incluso cuando la persona que se expresaba era un hombre adulto.

Le pareció que los espanoles utilizan de forma sorprendentemente continua, palabras como “amor”, “corazón”, “conmigo”, “beso”, “quiero”, “espero”, “abrazo”, que suena increíble en comparación con “îmbrăţişare” en rumano.

Las telenovelas sudamericanas muy difundidas en los canales de televisión rumana en los periodos posrevolucionarios han ejercido un efecto pleno y convertido a muchas mujeres rumanas en verdaderas ”Madame Bovary”, las cuales viendo estas películas tienen la impresión de que todos los hispanos son las personas más románticas y son muy hermosos, con el specto tan agradable como los protagonistas que se ven en las películas –pensó ella.

Este fenómeno ha calado dejando una huella inmediatamente. Muchos ninos nacidos después fueron llamados Ramón, Antonio, Orlando, Fernando, Carlos,... Sin embargo, muy pocas mujeres rumanas se habían casado con espanoles y menos son aquellos matrimonios los que duraron en comparación a los matrimonios con italianos, que son generaciones latinas, muchas parejas se habían formado con mujeres rumanas y duraron mucho tiempo.

Ahora están de moda las películas románticas árabes y las consecuencias se han visto inmediatamente entre los estudiantes, además de alguna companera de profesión, profesoras, enfermas de amor por los árabes que han conocido por internet, de los cuales no saben casi nada, teniendo solamente esa visión romántica formada por las películas que han visto.

Cornelia recordaba a una colega muy joven y hermosa, que quería enviar dinero para ayudar a un joven árabe que conoció en Internet, muy valiente, incluso quería ir personalmente a Munich, a buscarlo, sin decirselo ni a su madre o a su abuela, que no estaban de acuerdo con cualquier tipo de relaciones con extranjeros desconocidos.

La joven estaba profundamente decepcionada de los hombres rumanos a los que conocía y tomo la firme determinación que sólo un árabe, sería el elegido en su corazón. Solo conocia esta cuestión controvertida, parecia una mujer árabe más vieja, más experimentada, casada con un hombre rumano, que Cornelia conocía y ella siempre decía que los rumanos eran mejores esposos que los árabes. Nunca explicaba, sin embargo el porqué.

-Me gustaría que me hablaras de las películas en las que has actuado o dirigido –dijo Cornelia.

-Cornelia, todas las personas siempre están fascinadas con actores y directores de películas. Aunque soy un gran fan de Brad Pitt, me gustaría por supuesto tener una Angelina Jolie a mi lado –confesó Alberto. La información no fue una sorpresa, ya que no era la primera vez que este le confesaba este pequeno secreto.

Cornelia sabía de la admiración del hombre hacia los actores, a ella le parecía una reacción un poco infantil, incluso cómica, teniendo en cuenta la edad, la experiencia y especialmente en un periodo determinado, donde el actor tenía un éxito tan grande por parte del público, en las series de televisión, ya que muy pocos tenían este privilegio siendo una de las estrellas televisivas en su país. Pero, tal vez con el deseo de complacerle como a un nino, quele gustaba ser mimado, no reconocía que los anos habían pasado, como si de esta manera pudiera mantener la juventud. Cornelia pensó que ella realmente admiraba a todos los intelectuales de las diferentes profesiones por igual. Prefería realmente a actores y directores, pero tambien admiraba a escritores con talento, científicos prominentes, inventores de éxito, periodistas o profesores interesantes, admiraba a la gente inteligente con buen corazón y modestos.

- Cuéntame la propuesta de colaboración que has tenido del director francés para hacer una película sobre uno de tus relatos –dijo Alberto.

- Los cambios que él quería realizar, no son de mi agrado. El texto narrativo, la lógica de la acción hubiera sido modificada, obteniendo otro significado, otro sentido. El dinero nunca ha sido importante para mí. Creo que hay cosas en la vida mucho más valiosas –dijo Cornelia- pero muchas personas no se dan cuenta o se dan cuenta demasiado tarde, pero... mejor hablemos de Espana, de su mar y sus encantadores castillos. Las corridas de toros parece que es lo más espectacular, en Rumanía no existe nada igual y aunque no me gustan las escenas violentas, me muero de curiosidad para ver un espectáculo así. La Tomatina me parece un evento único. Lo ví en la televisión y me parece increible. Pero probablemente es uno de los aspectos que hacen a los espanoles tan diferentes de otras naciones. En Rumanía no sería capaz imaginar tales fiestas.

-Nada más fácil, pero te voy a acompanar a la primera corrida de toros que tenga lugar en los próximos días, si tu prefieres verla –dijo Alberto.

-Yo ví, una vez en un festival en Brasov, que estaba dedicado a la Edad Media, muchos melones cortados, en el torneo organizado, ocupaban el lugar de las cabezas de los sarracenos, y los cortaban con la espada los jinetes que competían en la lucha, después los melones fueron consumidos por los pobres, que venían al establecimiento –contó Cornelia.

- Para mí, la más bella de Espana, es el mar. Siempre he estado enamorado de ella –dijo Alberto de forma romántica.

- Yo recientemente he visto una película sueca policiaca y la acción tenía lugar en la Costa del Sol, y las imagines eran magníficas –dijo Cornelia.

-Yo prefiero las playas kilométricas cubiertas de arena fina y dorada de Cádiz: Sancti-Petri; La Barrosa; El Palmar; Conil de la Frontera; Zahara de los Atunes me embrujó tanto que siento que llegué al paraíso. Me hubiera quedado siempre allí –dijo el hombre- los residentes locales son gente muy agradable y hospitalaria.

-.Pussy, qué esta haciendo? .Por qué no la has traido? – dijo Cornelia, sabiendo que Alberto tenía un caniche dulce con la piel blanca como la nieve.

-Es tan dulce como de costumbre y muy mimada, ahora la he dejado en casa, ella aquí solo jugaría y no le importaría nada de esto, así es ella llena de energía –explicó el hombre.

Cornelia entró por la puerta del misterioso hotel espanol, fascinada por el espacio que habitaría en las siguientes noches. Un edificio antiguo, extrano, renovado, pero que mantenía el encanto de otros tiempos. El edificio había sido construido sobre una antigua calzada romana. Aquí habían permanecido hacía muchos anos, los toreros antes de las corridas de toros, les explicó el recepcionista del hotel.

Ella subió las escaleras, la decoración de la habitación mantenía los detalles de épocas pasadas. Sobre el armario, al lado del espejo, había unos enormes cuernos afilados.

Cansada de la agotadora carretera, en los días calurosos, Cornelia sintió una atracción irresistible y tocó los cuernos blancos. Ella se pinchó con la punta negra de ébano en la palma y unas pequenas gotas de sangre cayeron sobre la alfombra, inmediatamente ella cayó en un sueno profundo.

Los días siguientes Alberto cumplio su deseo, ambos fueron a ver una corrida de toros, en las tribunas había mucha gente. El sol ardiente hizo que la temperatura fuera muy alta. Todo a su alrededor parecía fuego, Cornelia estaba un poco mareada y sintió de repente que todo el mundo giraba, entonces notó que alguien la sacudía fuertemente y le gritaba.

- Querida Senorita, .Qué hace aquí en la arena? En cuestión de segundos, soltaron del corral a los toros negros, con sangre traída de Roma por el mismo emperador Claudio, como alimento para los ejércitos romanos conquistadores. Nadie escapaba con vida del camino delante de estas bestias salvajes.

Cornelia sacudió su pelo rubio, abrió sus ojos marrones y vió un joven bello moreno con el cabello negro rizado saltando rebeldes, con una estructura atlética, vestido con una túnica blanca.

- Pero, .qué pasa aquí? –preguntó con perplejidad la joven.

- Justo aquí, en Valencia, en la fiesta de “Las Fallas”. Se celebran todos los anos a mediados de marzo, con ella comienza la temporada de corridas taurinas y hoy es la primera corrida de toros de Espana. El cruel emperador Claudio decidió que las luchas de los gladiadores sedientos de sangres se llevarían a cabo solo en el Coliseo de Roma,

pero aquí – le explicó el joven-Pero, .Qué vestido usa usted?

Cornelia llevaba una ropa color naranja y rosa su favorite de seda fina.

-Me presento, soy Alberto –continuó el hombre- Así me llaman en Espana. En realidad mi padre fue el rey de Tracia, cuando nos conquistaron me llevaron como esclavo los romanos, hoy voy a luchar como gladiador en la primera corrida de toros que se llevará a cabo en este país.

- Pero, es peligroso. .Tiene mucha más experiencia, valor y coraje en la lucha contra los toros? .Han sido entrenados para esto? –preguntó Cornelia.

- No, ni yo ni mis companeros nunca hemos participado en esto –dijo el joven- No sabemos lo que nos espera. Probablemente todos acabemos de forma trágica, pero yo no temo a la muerte. Pero si me sucede, me gustaría que usted se acordara de mí. Cuando usted en el futuro me vea fíjese en los cuernos del toro y siempre me verá a mí.

Cornelia arriba en las tribunas junto a otras personas, la arena parecía un enorme reloj de sol construidos a partir de los rayos que con ardiente pasión rodeaba a todo lo de su alrededor, las sombrillas alineadas con la parte superior de la cúpula, parecía disenada en la tierra.

Entró el primer gladiador, un hombre enorme, con una estructura atlética y cabellera rubia. Después de él, el toro entró furioso en la arena y todas las personas de las tribunas hicieron un enorme silencio.

El tiempo parecía que se expandiera con gotas de milisegundos. El hombre ejecutaba maniobras con una capa roja recibida frente al animal sangrando. Las ovaciones de la audiencia lo agitó parecía más fuerte, él era fuerte y le retorció con habilidad. De repente, dio un paso atrás y el hombre tropezó con una piedra de la arena. La diferencia entre la vida y la muerte desapareció por un momento y en sus ojos se leía un temor escalofriante. El animal fue implacable con su víctima, no tuvo ninguna oportunidad, dejó caer los puntiagudos cuernos en el abdomen humano, rompiéndolo.

Le siguió el segundo gladiador, un negro ágil como una pantera, en solemne silencio agitó la capa roja delante de la cara del toro, salto con movimientos ágiles de gato salvaje.

El animal molesto trató de atacarlo. El público estaba en éxtasis. El calor insoportable fue olvidado momentáneamente por todos, de repente el toro fue picado por una abeja perdida en el calor, la picadura le molestó, el dolor lo volvió loco, el animal rápidamente con la fuerza de repente empujó sus cuernos retorcidos y pinchó como lanzas en el muslo del hombre.

El emperador Claudio se movió espasmódicamente en la tribuna y murmuró algunas palabras con dificultad, con la boca goteando saliva. La joven recordó entonces su discapacidad, lo que le había dicho Alberto.

Cornelia observo que todo era diferente en comparación con las corridas de toros espanolas que había visto recientemente. No existían dos picadores –jinetes armados con lanzas que acompanan al matador, tres banderilleros, los asistentes pegaban con banderillas al cuello del toro con ganchos en su parte superior, adornadas con colores y la espada, el porteador se la daba al torero en el acto final.

Keine Kommentare:

Kommentar veröffentlichen